Cuando se habla de espacios independientes por lo general se hace referencia a agrupaciones culturales que buscan su propio espacio como consecuencia lógica de pensar a largo plazo y de buscar la sostenibilidad de sus proyectos de manera autónoma.

Los espacios independientes, surgen como emergentes y activan acciones con valor simbólico que involucran múltiples disciplinas artísticas desempeñando un rol fundamental en la interacción entre los actores sociales y las producciones del arte contemporáneo.

Es a partir de los proyectos autónomos que se construye la cultura independiente. Esta, tal como lo señala Héctor Garay, productor cultural mexicano, contribuye a los ciudadanos en su vida cotidiana aportando identidad, bienestar, desarrollo humano, conocimientos, valores y puede ayudar a resarcir el tejido social.

La cultura independiente es aquella que se desarrolla por fuera de los espacios públicos y los espacios comerciales tradicionales. La característica fundamental es la autogestión sostenida por sus integrantes sin fines de lucro, pensando la producción cultural de modo comunitario, herramienta de trabajo y de visibilización de los contextos en los que se instalan, migrando la producción artística del museo al barrio.

Por lo tanto, se selecciona la casa cultural: El Hormiguero de Río Cuarto para, desde una perspectiva local, darle visibilidad con un sitio web ya que es uno de los espacios de nuestra ciudad que funciona como punto de encuentro para la participación colectiva, para nutrir a la cultura con la libre expresión y para desarrollar todo tipo de actividades.

Este espacio tal como hoy se lo conoce, se tomó en el año 2006 con el fin de generar un lugar abocado a la cultura independiente. Desde sus principios, se logró reunir a trabajadores culturales de Río Cuarto y la zona, viajeros que pudieron sentirse acogidos, la comunidad Sikuri cordobesa y todos aquellos que quisieron fortalecer el camino del Hormiguero.

La selección de este lugar no se dio al azar sino porque se encuentra ubicado en un territorio en el cual antiguamente vivieron pueblos originarios. La casa tiene más de 90 años y al momento de la toma, se encontraba en abandono por parte de la ciudadanía. Pero antes, fue un lugar donde jugaban al golf las clases “altas”. También funcionó como sede de Urucuré, fue parte de la Institución Cecilia Grierson, entre otras.